Por Walter Frieiro
Cuando el 10 de mayo de 1908 salió a la a la luz el primer ejemplar de la revista Bohemia, con apenas 16 páginas, poco pensó su fundador Miguel Ángel Quevedo Pérez el auge que alcanzaría la publicación hasta convertirse en uno de los puntales de periodismo republicano de Cuba.
En sus inicios circuló como una revista semanal ilustrada centrada fundamentalmente en temas culturales y de la alta sociedad. De ahí su nombre, el cual Quevedo inspirado por la cuarta ópera de Giocomo Puccini La Bohème, y por el perfil que seguiría la bautizó como revista Bohemia.
Sin embargo después de unos pocos números no logró desplazar a otras publicaciones de la época como El fígaro y fue descontinuada, pero Quevedo confiado de que Bohemia podría convertirse en una revista de época le dio una nueva oportunidad y casi dos años después de la primera edición, el 7 de mayo de 1910 regresó por todo lo alto para conquistar el ámbito periodístico cubano.
El año 1914 sería fundamental para el rumbo que tomaría Bohemia en la década posterior. Con la adquisición de una nueva sede, sita en Trocadero números 89, 91 y 93 y con la revolución gráfica que harían en sus páginas al utilizar la tricromía (Fue la primera publicación en Cuba en realizar una portada en tres colores) la revista empezó a centrarse en la crónica social y costumbrista así como en los diferentes problemas que atañaban a la élite social cubana.
Si bien la revista trataba temas de las más altas castas sociales y la intelectualidad los primeros años de la década del 20 no fueron para nada alentadores, pero en 1926 daría un giro de 180 grados cuando Miguel Ángel Quevedo de Lastra, hijo del fundador tomó las riendas de Bohemia.
El cambio fue radical, la revista se transformó en una tribuna para el periodismo investigativo, la crítica social y el progresismo. Aunado a esto la crisis provocada por el crack del 29, el descontento por el gobierno de Machado y los aires revolucionarios de la década del 30 sirvieron como late motiv para reinventarse y servir como adalid de la verdad y defensora de los derechos del pueblo.
Esto se vio claramente reflejado en el crecimiento de su tirada. En 1926 era de solo 4 mil ejemplares por publicación, mientras que para 1948 ya se estaban publicando 148 mil ejemplares , incrementándose sucesivamente a 260 mil en 1953 y 315 mil en 1958, o sea una tasa de una revista cada 21 cubanos de aquel entonces.
Bohemia pasaría a convertirse en una revista generalista, donde se trataban los más diversos y preocupantes temas de la sociedad cubana. Era una publicación para todo tipo de públicos hecho que la consolidó como uno de los medios más prestigiosos y difundidos de la nación.
Abanderada de ideales liberales, reformistas y progresistas sus páginas sirvieron de tribuna a figuras de ambos lados del espectro político desde Pablo de La Torriente Brau, Juan Marinello, Nicolás Guillén, Fidel Castro hasta Jorge Mañach, incluyendo a gran parte de las personalidades más influyentes del periodo.
No existe mejor representación de la Cuba republicana de la que se muestra en Bohemia. Sus páginas son una descripción real sin edulcorantes de la nación existente previa a la Revolución del 59. Desde las grandes proezas, adelantos, victorias hasta la pobreza, corrupción y desmanes, la revista constituye una fuente inagotable a la hora de la estudiar la historia cubana.
Después del triunfo de la revolución, la publicación tomó un rumbo diferente y se vinculó al proceso que iba surgiendo. Sobre el impacto de la nueva Bohemia y su aporte a la divulgación de la filatelia estaremos indagando en un próximo trabajo
Acá en este pequeño espacio del coleccionismo, esta web colaborativa donde tratamos de rescatar y aunar la mayor bibliografía posible en torno a esta entrañable labor, queremos reconocer a la revista Bohemia como algo válido para coleccionar, rescatar y exhibir, porque como una biblia republicana sus páginas nos legan una parte a veces olvidada de nuestra Cuba.
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