En diciembre de 1898 las autoridades de correos norteamericanas (U.S. Post Office Department, USPOD) colocaron un anuncio en el periódico NY Post convocando un concurso para diseño de nuevos sellos para Cuba. Como no iban a estar a tiempo para el 1 de enero de 1899, se hicieron las conocidas sobrecargas sobre sellos norteamericanos mientras se esperaba. Esta sería la única serie de sellos impresa en el Buró de Grabado e Impresión (Bureau of Engraving and Printing) con el nombre de un país extranjero.
Los criterios para la elección del diseño incluían que fueran cinco sellos en los que no se representara un acontecimiento ni una persona cubana; pero se pedía que hubiera representaciones o alegorías de la cultura y la economía de la isla. Se presentaron dos aspirantes.
William Curtis propuso diseños para una serie que incluía el Castillo del Morro, la estatua de mármol “La Noble Habana”, un grupo de palmas reales, una planta de tabaco y un retrato de Cristóbal Colón.
Raymond Ostrander Smith fue el ganador con su propuesta, que fueron los sellos que hoy conocemos que fueron emitidos el 5 de agosto y colocados a la venta el 1 de septiembre de 1899 según la orden 59: estatua de Cristóbal Colón, grupo de palmas reales, la estatua de mármol “La Noble Habana”, el buque “SS Umbria” y el sello de 10 centavos que se analiza en este artículo.
En esa propuesta se dice, no he podido comprobarlo, que describe su diseño de este sello como “arando con bueyes en una plantación de azúcar”, lo que parece indicar el deseo del diseñador de representar a nuestro principal cultivo e industria. Sin embargo, la imagen concebida no representa de forma alguna al cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. Tanto es así que ya catálogos como EDIFIL y otras publicaciones se refieren al sello como campo arado o bueyes arando…
Sobre el diseñador, que vivió entre 1863 y 1933, se dice que es autor de las tres series de mejor diseño realizadas por el Buró de Grabado e Impresión (Bureau of Engraving and Printing, BEP). En una de ellas, la dedicada a la Exposición Trans-Mississippi en Omaha, Nebraska en 1898, se destaca el sello conocido como “el toro negro” (the black bull).
Para mí es sorprendente que un diseñador de la talla de Smith no haya seleccionado un trapiche, un cañaveral, macheteros… en fin, había muchas variantes para representar nuestra principal actividad económica.
En enero de 1905 se ordenó por el Gobierno la reimpresión de esta serie, lo que se hizo por la American Bank Note Company. Los sellos sufrieron algunos cambios ligeros de diseño y no tienen número de plancha. Al de 10 centavos se le añadió un círculo blanco a cada lado de la palabra CUBA. En el catálogo Scott del año 2009 se describe al sello cubano número 231, del cual se emitieron 4,929,250 ejemplares en 1899 bajo la ocupación norteamericana, y en el 1907 (modificado, número 237), como una plantación de caña. De igual forma lo hace el Michel del 2004/2005 (número 5 de la ocupación norteamericana) y lo hacía el EDIFIL de 1992 (sellos números 34 y 179). Sin embargo, este último editor, en la versión del 2002 del Catálogo Unificado de Sellos de Cuba, y en las ediciones siguientes, ya coincide con el catálogo Guerra (números 283 y 290), en el que ese sello se describe como campo arado, sin especificar el cultivo, lo cual no es posible hacer a partir de la imagen según se observa en la foto. Por esa razón, y a pesar de que en el Scott 2013 se sigue describiendo como campo de caña, este autor considera que no es posible considerarlo como de temática azucarera, aunque esa haya sido la intención del diseñador.
En su excelente estudio de la emisión conocida como “alegorías de Cuba” a la cual pertenece este sello, presentada en la exposición filatélica virtual CUBAFIL 2024, Juan L. Farah afirma que este diseño presenta un campesino surcando un campo con ayuda de una yunta de bueyes y que en el fondo se observa lo que podría ser un albergue de trabajadores o un almacén. Explica que esta es una imagen común en los campos cubanos en el siglo XIX, la preparación del suelo para cultivos con un buey. Y que puede referirse a un campo de caña o de tabaco. Y yo añado… u otros. En definitiva, Farah demuestra también que no es un sello de temática azucarera.
En mi opinión, setenta y tres años después de emitirse el primer sello de correos cubano, se puso en circulación, el 2 de enero de 1928, de acuerdo a la Orden No. 15 de la Secretaría de Comunicaciones, de fecha 2 de noviembre del año anterior, el primer sello de correos de nuestro país con el tema azucarero. Este sello, de 30 centavos, forma parte de una serie de 10 valores emitida en conmemoración de la celebración de la Sexta Conferencia Internacional Americana, Interamericana o Panamericana, como se conoce indistintamente, en La Habana.
El diseño del sello, realizado por Oscar Fonts y Acosta, incluye una imagen de un ingenio azucarero y está impreso en color violeta. Tiene perforación 12, filigrana estrella y se imprimieron 150 mil ejemplares con número de plancha S-382. En el Catálogo Guerra se identifica con el número 356, mientras que es el 198 en el Ivert, el 291 en el Scott, el 65 en el Michel y el 230 en el EDIFIL.
Este sello es el decimoquinto que se emite en el mundo con tema azucarero, después de los 12 emitidos entre 1908 y 1927 por Martinica y los dos de 1918 y 1925 de la Compañía de Mozambique. A este autor le gusta decir que es el tercero pues en los de Martinica, la caña parece ser un elemento secundario, de fondo, no así en los de la empresa portuguesa en África.
Un elemento interesante de esta emisión es que a partir de ella se utilizaron gomígrafos (sellos de goma) sobre las cubiertas de casi todas las emisiones del periodo republicano para indicar el primer día de circulación. Esto se mantuvo incluso después del 1940 en que se crearon los matasellos oficiales de Primer Día y fue desapareciendo en los primeros años del período revolucionario, cuando estos últimos se popularizaron mucho más. Nótese que en el sello se refiere a la Conferencia como Internacional Americana mientras que en el gomígrafo se refiere a ella como Pan-Americana.
Bibliografía consultada y fuentes de imágenes.
- Scott 2009 Standard Postage Catalog, volume 2. Scott Publishing Company, Estados Unidos, 2008.
- EDIFIL (2012). Catalogo unificado especializado de sellos de Cuba. Tomo I, 1855-1958. Tercera Edición. España.
- Farah, Juan L. (2024). The “Special Design” issues of Cuba 1899 – 1910. CUBAFIL 2024. Sección Filatelia tradicional. https://filateliadecuba.com/2-filatelia-tradicional/juan-l-farah-the-special-design-issues-for-cuba-1899-1910/
Tremendo hermano, maravilloso con un nivel de información sorprendente, te felicito Sabadi
Marabillosa informacion Sabadi, debemos subirlo a la revista y al boletin. ¿Que tu crees?
Muy interesante ma pareció el artículo. Soy hija y nieta de azucareros. Mi Abuelo, Arturo Alberti García fue de la primera promoción de cincuentenarios del MINAZ. Mi Padre, José A. Alberti Jiménez fungió como Jefe de Laboratorio y luego de Fabricación, trabajó en casi todas las áreas de un ingenio con dedicación. del hoyi derruido “Máximo Gómez “A mii Pasrino y tío Wilfredo Albertii Jiménez creo que le gustaría Leerlo.Él escrbió acerca del Ënrique Varona con una mirada histírica y fue premiado. Resulta muy significativo que a partir de la emisión,acerca de nuestra primera industria, comenzara la tradición en Cuba de la creación de Sobres de Promer Día.
Saludos a todos,
Silvia.