¿Qué pensaría Iker Jiménez?

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Tengo que confesar que tengo en el tintero este artículo desde hace ya algún tiempo. A modo de cultura general, conocía a grandes rasgos la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, conocida como Expedición Balmis, pero no fue hasta la temporada pasada del programa televisivo Cuarto Milenio (emitido por Mediaset España) que pude conocer a fondo los detalles de la misma de la mano del afamado presentador español Iker Jiménez, del cual me confieso un fiel seguidor.

La Expedición Balmis fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta a una buena parte del mundo a principios del siglo XIX, y su objetivo era, en principio, que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del por aquel entonces Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños.

El médico inglés Edward Jenner había descubierto que una especie de viruela que afectaba a los bóvidos funcionaba como agente inmunizador a la destructiva y mortífera viruela que por aquella época azotaba a la humanidad; por consiguiente, si un ser humano se infectaba con la llamada “viruela de las vacas”, la cual no presentaba peligro para la vida, viviría sin preocupaciones de contraer la viruela mortal que se estaba cobrando tantas y tantas vidas.

El rey Carlos IV, motivado por las pérdidas familiares (una hija de 3 años y un hermano) debido a la viruela, y coincidiendo con la gravedad de la epidemia que en 1802 sufría el Virreinato de Nueva Granada, decidió llevar a cabo la práctica del Jenner en el “Nuevo Mundo”. Sin embargo, presentaron una dificultad inicial… ¿Cómo llevar la viruela de los bóvidos en el viaje? Pues en esos tiempos no existían las vacuas propiamente dichas ni métodos para conservar medicamentos a temperaturas adecuada. La respuesta no se  hizo esperar y se decidió hacerlo usando “reservorios humanos”. Así pues 20 niños recorrerían el mundo, serían infectados con la viruela de las vacas, de dos en dos, de forma que cuando los dos iniciales tuvieran la enfermedad en el  máximo esplendor se contagiaría a los dos siguientes y así sucesivamente. De esta forma, con el líquido que segregaban las pústulas de estos niños, se iba infectando a la población del nuevo mundo y ya quedaban a salvo de la otra viruela, la mortal, pues creaban inmunidad.

Monumento en la calle Parrote, en el puerto de La Coruña, en homenaje a los niños huérfanos que partieron con la expedición.

Para reclutar a estos niños, el gobierno ofreció mantenerlos y formarlos hasta que pudieran ejercer un oficio digno. Aunque la oferta era atractiva, los padres no deseaban entregar a sus hijos para un viaje tan largo y arriesgado; por eso los elegidos fueron huérfanos procedentes de La Coruña y Santiago. Al frente de la expedición estuvo Francisco Javier de Balmis y Berenguer quien consiguió un hito para la medicina con su viaje y consiguió salvar muchas vidas, sin embargo, la historia suele ser un poco olvidadiza y aunque todos recuerdan la hazaña de Balmis, no son tantos los que piensan en las penurias que sufrieron aquellos huérfanos durante una expedición que para ellos tuvo que ser un horror.

En 2021, Correos de España emitió una Hoja Bloque con facial de 4,15 euros relativa la Expedición de Balmis, pero también en reconocimiento de la Operación Balmis (Nombrada así en homenaje a la primera)  recientemente puesta en marcha en España a cargo del ejército, para luchar contra la propagación del coronavirus.

Recuerdo que al ver la hoja, y luego de una favorable impresión debido a la calidad del diseño y la impresión, seguidamente sentí cierta tristeza, entonces, volviendo al título, me pregunté: ¿Qué pensaría Iker Jiménez si viera esta hoja?

La pregunta me viene a la mente por una razón muy sencilla, Iker, durante los más de 15 años que lleva su programa Cuarto Milenio al aire, siempre ha apostado por dar visibilidad a personas o sucesos que en su momento carecieron del reconocimiento necesario o que han quedado en el olvido; en la temporada pasada de su programa hizo un justo homenaje a esos niños que tanto sufrieron en beneficio de la humanidad.

Bajo mi percepción, la ausencia de referencias a estos heroicos huérfanos que ayudaron a salvar tantas vidas es imperdonable, no ya en esta hoja bloque, sino en cualquier sitio en que se hable de la Expedición Balmis. Por una cuestión inexplicable al médico español que estuvo al frente de la expedición le sobran los elogios y a los huérfanos solo les queda un olvidado monumento en el puerto de La Coruña.

Dicho esto, y utilizando la propia hoja emitida por Correos de España, solo me queda rendir homenaje a estos huérfanos a mi manera. ¡Hasta la próxima!

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Un comentario

  1. Enhorabuena por el artículo, magnífico. Investigando el tema he descubierto que no solo fueron niños españoles los que viajaron en la expedición:
    “Para cruzar el Atlántico, se necesitaron 22 niños. Salieron del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 y llegaron a Veracruz el 24 de julio de 1804. Tuvieron que establecerse en territorio americano.
    Los niños que cruzaron el Pacífico
    Para cruzar el Pacífico, se necesitaron 26 niños. Salieron del puerto de Acapulco el 8 de febrero de 1805 y llegaron a Manila, capital del archipiélago filipino, el 16 de abril de 1805. Los niños vacuníferos mexicanos no se quedaron en Filipinas, al terminar la labor vacunal en el archipiélago, volvieron con sus familias”.
    En balmis.org, Cátedra Balmis de Vacunología, Universidad de Alicante

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