El servicio telegráfico se inaugura en la isla de Cuba en 1853 para comunicar el tramo del ferrocarril comprendido entre Güines y La Habana. Anteriormente, en 1837, se había inaugurado el primer tramo de los «Caminos de Hierro de La Habana», la primera empresa del ferrocarril que existió en Hispanoamérica, y el telégrafo se vio como una necesidad inherente a las comunicaciones del servicio. Las líneas tendidas junto a las del ferrocarril permitió en pocos años tejer una complicada y eficiente red de comunicaciones que se expandió de occidente a oriente, aunque no de forma progresiva.
La colección que expone Eugenio de Quesada muestra el MEJOR MATERIAL CONOCIDO sobre los sellos del servicio telegráfico en Cuba. Combina un estudio detallado de todas las emisiones, de 1868 a 1898 con material sumamente escaso y raro así como modelos de telegramas emitidos y recibidos durante todo el período de la dominación española de la isla.
Destaca un estudio de los raros sobres de telegráficos del Dr. House y sus hilos, adheridos a un pliego de papel sellado con abundante información histórica.
Desde las primeras emisiones en 1868 podemos disfrutar de una gama de habilitaciones, pruebas, errores y pliegos completos, nunca antes vistos.
Los modelos de telegramas son especialmente estudiados y se pueden apreciar no solo los diferentes impresos usados en el servicio interno sino los usados por el «Cable Submarino», los servicios especiales de algunos ferrocarriles y otros de uso privado.
Les recomendamos la visualización de esta joya del servicio telegráfico cubano, sin duda, el MEJOR MATERIAL NUNCA ANTES REUNIDO DEL TEMA.
Muy interesante y muy bien expresado.