En días recientes tuve la oportunidad de volver a escuchar una de las múltiples conferencias ofrecida por el Dr. Yamil Kouri Jr. en «Mi Oficina». En este caso trataba sobre la primera emisión postal de las Antillas Españolas. Hablando de las emisiones del correo interior de La Habana contó una interesante anécdota sobre cómo llegó a Cuba el mayor bloque del correo interior de La Habana de 1855.
El citado bloque, de 12 sellos, corresponde a las tres últimas filas, dos de las cuales toma la rara «Y» un cuarto ancha y que es hasta el momento el mayor bloque conocido de este sello. El bloque perteneció a la colección del más importante coleccionista del período republicano: Buenaventura Cruz Planas. La colección en cuestión sirvió de base a la del actual Museo Postal Cubano, si bien fue expoliada en 1994 con un sonado robo del que, aunque se sabía el culpable, no fue posible apresarlo ni recuperar los cientos de piezas que fueron sustraídas y vendidas en pública subasta en muchos casos en Estados Unidos y España.
La pieza, que había estado en grandes colecciones, finalmente salió a la venta en la década de 1930 en Londres. El hábil Cruz Planas, según comenta Yamil, conociendo la rareza sobrada del bloque envió una carta con una oferta bien clara «no limits». La casa subastadora refirió que no era posible aceptar su oferta a lo que respondió » no limits» más 500 libras sobre la oferta mayor que recibieran. Dado el estado de las comunicaciones es posible que esta historia se desarrollara por telégrafo y que en vez de tratar con la casa subastadora lo hiciera con un marchante que compraba material para él, pero eso de momento no es posible saberlo ni es trascendente en realidad.
Se desconoce finalmente el precio pagado por esta joya de la filatelia cubana, que por avatares del destino logró salvarse del robo de 1994 y que forma parte de la colección itinerante del Museo Postal Cubano.